La Universidad Complutense de Madrid se ha desplazado hasta Isla Navarino, Chile. Y lo ha hecho de la mano de profesores e investigadores de la Facultad de Farmacia y varios miembros del CAI CREAV como parte del equipo técnico y audiovisual. 

Cuando se trata de ciencia, siempre surgen incógnitas. La pregunta que nos planteamos tiene que ver con la transmisión de ese conocimiento científico. ¿Cómo hacer y comunicar ciencia? ¿Cómo traducir las palabras técnicas en un vocabulario comprensible? ¿Cómo intentar que llegue a todos los públicos? ¿Cómo romper la barrera académica? 

Como señala Almudena Muñoz Gallego, divulgadora científica y una de las protagonistas de este viaje al Chile Austral, el primer paso es seguir a los investigadores encargados del proyecto, y por supuesto, preguntarles y comprender sus objetivos. Por su parte, la función del CAI CREAV es contar historias y hacerlas atractivas. Siempre contrastando la información y seleccionando aquella que cumpla con los estándares de rigurosidad adecuados. 

En este caso, la investigación gira en torno a los líquenes y a sus refugios de vida en los ambientes más extremos. De hecho, aunque hay líquenes en casi todos los lugares, sobre todo se acumulan en zonas polares y son capaces de resistir a bajas temperaturas. 

¿Cómo los podemos definir? Los líquenes son organismos complejos formados por la unión simbiótica de un hongo y, al menos, un organismo fotosintético. ¿Y esto qué quiere decir? Que se convierten en productores de oxígeno. Por ello, presentan una serie de beneficios: para los árboles, por ejemplo, son útiles para su corteza. La refrescan, pero sin meterse dentro de ella (ya que no tienen raíces), proporcionando humedad y frescor. Para las rocas, los líquenes generan grietas y crean un espacio propicio para el desarrollo de musgo. 

Entonces, retomando la pregunta del inicio: ¿cómo podemos hablar de líquenes de una manera fácil y accesible? ¿Cómo traducir una investigación científica, un paper, en imágenes y sonidos audiovisuales? 

No es una pregunta fácil. Así son los retos que día a día se debe proponer cualquier divulgador o divulgadora de la ciencia. Y aunque surjan dudas, seguir adelante y entender que el camino de la ciencia no es el camino sencillo.